("El Gran Sitio de Gerona"- Ramón Martí-1865- Museu d´Historia de Gerona)
Los sitios de Gerona se convirtieron, junto con los de Zaragoza, en los más cruciales de la Guerra de la Independencia. Ambos se iban a transformar en auténticos mitos de la historia de España, aunque con una génesis y una pervivencia sensiblemente distintas, llegando en 1903, a ser Gerona denominada por Benito Pérez Galdós como el “baluarte sacrosanto de nuestra nacionalidad”.
(Gerona en 1809)
Los distintos sitios de GeronaGerona era, a principios del siglo XVIII, una plaza fortificada. Poseía una larga tradición de asedios en las épocas medieval y moderna, entre los que destacaba el de 1285, que dio lugar a un famoso milagro en el participaron san Narciso, los franceses y una nube de moscas que les obligaron a poner pie en polvorosa.
En 1808, cuando estalló la Guerra de la Independencia, las murallas y fuertes no estaban en demasiado buen estado. Aunque algunas mejoras habían sido realizadas durante la guerra contra los franceses de 1793-1795, sobre todo tras la caída de la Fortaleza de San Fernando de Figueras, éstas no resultaron suficientes ni tuvieron continuidad. El fuerte que se encontraba en mejor estado era el de Montjuïc. Esto no significa, sin embargo, como se ha afirmado, que Gerona fuera indefendible. La orografía del lugar presentaba dificultades no menores para el asaltante. Y ello sin contar con la efectiva labor de mantenimiento que de las defensas llevaron a cabo en todo momento, en 1808 y 1809, los asediados.
Tradicionalmente se ha hecho referencia a tres sitios vividos por la ciudad de Gerona en los inicios de la guerra: en junio de 1808, en julio y agosto del mismo año, y por último, entre los meses de mayo y diciembre de 1809. Solamente dos de ellos, en puridad, deberían ser considerados como sitios, esto es, los que tuvieron lugar en verano de 1808 y en 1809. Al primero le corresponde mejor, sin duda, la denominación de ataque francés contra Gerona.
(General Philippe Duhesme)
Este enfrentamiento inicial duró solamente un par de días, el 20 y el 21 de Junio de 1808. Para las tropas napoleónicas, el control de esta población era muy importante, a fin de mantener despejadas las comunicaciones entre Barcelona y la frontera con el país vecino. Esta fue la razón que impulsó al general Philippe Duhesme a dirigirse, al frente de unos cinco mil hombres, a Gerona.
El día 20 conminó a rendirse a los defensores, que no eran muchos, e intentó varias acciones en distintos puntos de los muros. No se olvidaron entonces los gerundenses de su viejo y leal protector y nombraron generalísimo a san Narciso.
Los franceses volvieron a la carga un mes más tarde. El sitio comenzó el 20 de julio de 1808. Diez mil hombres, con importantes refuerzos de artillería, atacaron Gerona. Nuevas tropas españolas habían reforzado mientras tanto la guarnición defensora, pues nadie dudaba que un nuevo ataque era inminente. Los napoleónicos bombardearon la plaza y los fuertes, en especial Montjuïc, e intensificaron el bloqueo cortando el abastecimiento de agua. No obstante, la llegada de ayuda a los sitiados y una exitosa salida de las tropas españolas fuera de la plaza, que causó bastantes bajas entre los sitiadores, obligaron a los franceses a retirarse. Dejaron abandonados numerosos cañones y provisiones. El asedio, a fin de cuentas, había durado menos de treinta días.
Las bombas, el hambre y la resistencia
El que empezó a principios de mayo de 1809 constituye el Gran Sitio de Gerona, esto es, el más prolongado, el más terrible y, así mismo, el más recordado,
(General Saint-Cyr)
Más de treinta mil militares franceses, a las órdenes de Saint-Cyr y de Verdier, rodearon la ciudad y se enfrentaron a unos defensores que, en ningún momento, sobrepasaron los diez millares. Se calcula que en estas operaciones militares, prolongadas hasta el mes de diciembre, se lanzaron más de once mil bombas y siete mil granadas y se dispararon unas ochenta mil balas. Al frente de las tropas españolas que defendían la plaza se encontraban el general Manirano Alvarez de Castro, firme partidario de la resistencia a ultranza. Las compañías voluntarias de la Cruzada gerundense y de Santa Bárbara, integrada exclusivamente por mujeres, ejemplifican la implicación civil en la empresa.
A mediados de junio se iniciaron los intensos bombardeos franceses. A pesar de que en la noche del y al 8 de julio un asalto a Montjuïc fracasase, poco más de un mes después, los defensores se vieron en la obligación de abandonar este punto estratégico, siendo ocupado inmediatamente por las tropas enemigas. La situación se iba, poco a poco, complicando. Sin embargo, a mediados de agosto se recibieron refuerzos y, más adelante, también provisiones.
(Verdier)
El 19 de septiembre fracasó un gran ataque francés, que fue celebrado en el interior como “el gran día de Gerona”.
Los intentos subsiguientes de hacer entrar los refuerzos y, sobre todo, provisiones en la plaza no tuvieron suficiente éxito. A partir de finales de Septiembre, Gerona y sus defensores quedaron aislados. El mariscal Augereau dirigió la última fase de las operaciones. La resistencia fue muy destacable. Hombres y mujeres participaron en ella. Factores múltiples permiten explicarla, entre los que destacan el patriotismo y la fe religiosa, pero también la intensa propaganda, el miedo al enemigo y la disciplina militar.
Con el paso del tiempo el descontento aumentó. La falta de armas y provisiones, el agotamiento, las enfermedades y el hambre acabaron por abrir la puerta a los franceses. Gerona capituló el 10 de diciembre de 1809.
(Mariano Alvarez de Castro)
("La rendición de Gerona” - Laureano Barrau)
Gerona perdió la mitad de la población (unos nueve mil habitantes a principios del siglo XIX) en los años de la guerra. El impacto de los hechos de 1809 fue enorme. Los sitios de Gerona se convirtieron, a partir de entonces, en el centro de toda referencia al pasado de la ciudad.Fuente de datos:
*Los sitios de Gerona, un Mito Nacional – Jordi Canal – Ehess, París
Muy interesante artículo. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos.
Muy grande la hazaña de los habitantes de Gerona, que resistieron aún sabiendo que iba a ser una masacre...
ResponderEliminarSu heroicidad que aún se recuerda por aquellos lares (a mí em la contaron familiares que tengo allí).
Muy bonitos los cuadros.
Un saludo!
Pienso como tú: la propaganda y el miedo al enemigo, avivado además, supongo, por noticias de los desmanes de las tropas francesas, debieron jugar una muy fuerte baza en la voluntad de resistir.
ResponderEliminarSaludos
En estos tiempos, este tipo de cosa me imagino que ya ni siquiera se explicaran a los niños y jovenes de Andalucía, salvo los que estudien Historia en la Universidad.
ResponderEliminarEl sistema actual de estudio de la Historia en los colegios hace que los niños no tengan ya ni idea de estas cosas... Un joven de 14 años de Castilla no tiene ni idea de lo que fue Tartessos, y otro de Andalucia ni siquiera ha oido hablar de Numancia.
Lo se por propia experiencia.
Un abrazo, amiga
Curiosamente andamos por la misma epoca, cuando toda Europa se venia abajo; alla por lo menos es publico el reconocimieto a toda una division formada por mujeres; aqui no es asi, tanto que con unas amigas iniciamos unos posts 'las mujeres del Bicentenario' para rescatar a algunas del olvido, esas que en los discursos oficiales no aparece nunca.
ResponderEliminarQue buena entrada sobre el heroismo de los gerundeses en la guerra de la independencia, tan magistralmente narrada por Pérez Galdós en uno de sus episodios nacionales. Un placer leerte y ten envío un cordial abrazo.
ResponderEliminarEl cuadro de Martí (a quien no conocí) es muy interessante. Se nota una influencia enorme de Delacroix. Es tipico en toda Europa, por un lado glorificar la lucha antifrancesa, por el otro seguir estos mismos franceses.
ResponderEliminarAmiga, ahora si, se sabe quienes fueron los primeros en derrotar a Napoleon (sorry Lord Wellington, pero bajese del pedestal que en esta historia ni figura....) y realmente muy lejos de su casa.
ResponderEliminarComo se que te tira la historia....