martes, diciembre 26, 2006

Boabdil El Chico

Nacido en 1460, Abu 'Abd Allāh fue el último rey de Granada con el nombre de Muhammad XI, llamado por los cristianos Boabdil, perteneciente a la dinastía nasarí o nazarí.

La mala prensa que tiene Boabdil el Chico se debe a la pérdida de Granada en favor de los Reyes Católicos, poniendo éstos fin a la Reconquista.

Abu Abd Allah era el hijo mayor de Muley Hacén y de la princesa Fátima. Los últimos años del reino nazarí estuvieron cargados de tensión y enfrentamientos continuos entre las diferentes facciones de poder. En esta línea, la propia princesa madre animó a Boabdil a rebelarse contra su padre, afectada por una cuestión de celos ya que Muley Hacén tomaba en mayor consideración a la nueva favorita, la cautiva cristiana Isabel de Solís. Boabdil fue proclamado rey por los granadinos sublevados contra Muley en el año 1482.

Junto al apoyo popular, Boabdil recibía el de los abencerrajes, uno de los más importantes grupos de presión política y económica. El inicio de la Guerra de Granada fue beneficioso para Boabdil ya que consiguió derrotar a los cristianos al este de Málaga pero pronto fue hecho prisionero en Lucena. Muley volvía a ocupar el trono temporalmente hasta que una nueva revuelta colocaba en el poder a al-Zagal, hermano de Muley. Los Reyes Católicos consideraron que Boabdil podría hacer más daño en Granada que cautivo en el castillo de Lucena ya que aumentaría las tensiones en el reino nazarí. Boabdil consiguió la libertad después de firmar un tratado de paz. Al-Zagal se negó a reconocer la soberanía de su sobrino y se llegó a una situación de guerra civil que beneficiaba considerablemente a los cristianos. Al-Zagal llegó a un acuerdo con Isabel y Fernando, avanzando éstos sus posiciones y cercando a Boabdil. Tras dos años de continuas luchas y cercada la ciudad de Granada, Boabdil inició conversaciones con Gonzalo Fernández de Córdoba que acabaron con la rendición y la entrega de la ciudad el 2 de enero de 1492.

Boabdil recibía en compensación el señorío de la Alpujarra hacía el que marchó acompañado de su madre.


Según una extendida leyenda cuya veracidad no está casi nunca atestiguada por ninguna documentación, al salir de Granada camino de su exilio en las Alpujarras, cuando coronaba una colina, volvió la cabeza para ver su ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre la sultana Aixa "no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre". Debido a esto esa colina recibe el nombre del Suspiro del moro.

Tras una breve estancia en el feudo de la Alpujarra, el depuesto rey decidió abandonar la península para trasladarse a Marruecos, posiblemente debido a múltiples remordimientos.

En el país norteafricano falleció en 1527.

















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