jueves, febrero 19, 2009

Aníbal, Audacia y Elefantes

("Llegada de Amílcar Barca y su hijo Aníbal a Iberia" - Mosaico de la Plaza de España - Sevilla)

(Estatua de Aníbal Barca - 1704 - Situada en el Patio Puget del Museo del Louvre - Paris)


Aníbal, hijo de Amílcar Barca, nació en Cartago (actual Túnez), hacia el año 247 a.c.

Contaba nueve años cuando acompañó a su padre durante la conquista cartaginesa de Iberia, después de haber jurado en Cartago, ante el altar de Baal, odio eterno a los romanos. Tras la muerte de su padre en el 229 a.c. y de su cuñado Asdrúbal en el 221 a.c., asumió el mando del ejército cartaginés.


Rápidamente (en tan solo dos años), se hizo con el control de extensos territorios, y ante la inminencia de la guerra contra Roma, decidió basar su estrategia ofensiva trasladando el escenario de los combates a Italia con el objetivo de debilitar el centro del poder romano.


Su estrategia le hizo rodearse con contingentes de diversas procedencias, esencialmente mercenarios, creando así un ejército que combatía no sólo por la paga y el botín, sino también por el influjo que su jefe ejercía sobre ellos. Aplicaba su estrategia basándose en el sentido común, y modificaba sobre la marcha sus planteamientos de ataque según fueran las condiciones del terreno, las fuerzas del enemigo y los recursos con los que contaba en cada momento. Una de tus tácticas predominantes era la de la sorpresa, contrarrestando así la de su enemigo generalmente el choque frontal. Todas estas artimañas eran consideradas por los romanos opuestas a un combate leal.


En el verano del 218 a.c. Aníbal partió de Cartago Nova con un ejército formado por 90.000 infantes, 12.000 jinetes y con cerca de cuarenta paquidermos especialmente adiestrados para el combate. No quería entrar en el mismo hasta alcanzar Italia, de modo que sorteó los Pirineos La primera dificultad importante respecto a estos animales se presentó a la hora de cruzar el Ródano. El paso del río se efectuó mediante balsas. Se habilitaron dos almandías de 200 pies de largo y 50 de ancho, cubiertas de tierra como si fueran un puente para que los animales no se asustasen. La primera estaba amarrada a la orilla, pero no así la segunda, unida a la anterior por sogas.


(Elefantes cruzando en balsas el río Ródano)

Cuando un grupo de elefantes se ponía sobre ella, era remolcada por varias embarcaciones hasta la ribera opuesta. Algunos animales, asustados, cayeron al agua o se lanzaron a ella junto con los conductores de los mismos, que perecieron, no así los elefantes, que se salvaron gracias a la longitud y fuerza de sus trompas, que levantaban por encima del agua pudiendo respirar y resistiendo la corriente, haciendo erguidos la mayor parte de la travesía.

(El penoso paso de Los Alpes)

El paso de los Alpes revistió mayor dramatismo. Aníbal no logró llegar a esta cordillera antes de finales del otoño, de modo que los elefantes tuvieron que afrontar una terrible marcha sobre una gruesa capa de nieve y también el hambre, pues en las alturas superiores no había pasto. Además, el ejército tuvo que ensanchar algunos de los pasos más angostos cuyas estrechas gargantas impedían el paso de los elefantes. Pero Aníbal no renunciaría a los enormes paquidermos cuya visión causaba el terror de sus enemigos. Aplicando su ingenio ordenó a sus hombres, poco acostumbrados al frío, a desbloquear el camino prendiendo hogueras bajo las piedras y vertiendo vino rancio sobre ellas hasta hacer estallar y romper los bloques.

No obstante, la marcha era agotadora, muriendo numerosos animales, bien por agotamientos, accidentes o víctimas de enfermedades provocadas por el riguroso invierno de los Alpes. Privado de estos instrumentos de guerra, el general púnico tuvo que modificar tu táctica de combate a la hora de enfrentarse a los romanos, y rehuyó la batalla a la que el general romano Plubio Escipión intentó atraerle, esperando un mejor momento para lanzarse al campo de batalla.


("Aníbal montado sobre un elefante" - Detalle del fresco del siglo XVI atribuído a Lacopo Ripanda - Museos Capitolinos)


La ocasión no tardó en presentársele. Después de que el ejército de Escipión atravesara el Po, fue derrotado por el cartaginés en las batallas de Tesino, Trebia y Trasimeno, batallas cruelmente sangrientas para sus enemigos.

Posteriormente Aníbal se hizo enviar desde Cartago cuarenta nuevos elefantes y reconstruyó su ejército, venciendo nuevamente al ejército enemigo en el 216 a.c. en la batalla de Cannas, donde aniquiló a ocho legiones romanas. Para el pueblo romano fue el mayor desastre bélico en su lucha contra los cartagineses.


Pero si bien la batalla de Cannas marcó su cenit, fue también el principio de su ocaso, al nos ser capaz en los trece años siguientes de arrastrar al ejército romano a un combate decisivo mientras sus efectivos menguaban en campañas menores.

Aceptó un último desafío: defender a Cartago en la llanura de Zama cuando todos los triunfos se hallaban ya en manos de su oponente Escipión.


("Batalla de Zama - Aníbal y Escipión frente a frente") - Tapiz de los siglos XV-XVI)

La batalla de Zama fue su mayor derrota y la que puso punto y final a la segunda guerra púnica.

Perseguido implacablemente por Roma, se suicidó en Bitinia, hacia el año 183 a.c.


Se sigue discutiendo si el cartaginés era un excelente táctico pero un mal estratega, capaz de obtener las victorias más resonantes, pero sin obtener provecho de ellas a largo plazo


Fuentes:

*Francesc Gracia – Profesor titular de Arqueología de la Universidad de Barcelona – Historia National Geographic

*Aníbal de Cartago – P. Barceló – Alianza Editorial, Madrid 2001

13 Comments:

Mar Romera said...

Una gran entrada y un gran blog.

Me pasaré a bucear por tu histora.

Mil saludos.

El Bosque Olvidado said...

La historia: impecable.
Me has hecho recordar mis tiempos de profesorado, las clases de latìn: "Anibal delent cartago"
Hermosas ilustraciones, sobre todo el tapiz del siglo XV

Guiomar de Ulloa

Anónimo said...

Que historia tan impresionante, me gustó mucho, pasé un agradable rato leyéndola. Espero poder leer más información de ese tipo en tu blog

Saludos

Lady Caroline said...

Apasionante historia, me alegro de haber encontrado un blog como el tuyo. La temática me parece fantástica, intenteré poco a poco ponerme al día.

Saludos,

Caroline

Diana de Méridor said...

Magnifica exposicion, muy completa.
Tratare de seguirte tambien desde este mi blog, aunque no se lo frecuentemente que podre estar en el. No puedo con todos los proyectos a la vez, pero hare lo posible.

Un saludo

Diana de Méridor

Juan A. said...

Apasionante. Enhorabuena.

Un beso.

La Dame Masquée said...

Hola, soy Diana otra vez.

Es que el blog dejó de funcionarme con el explorer, no se visualiza bien, porque se ve debajo de los textos lo que deberia verse en la columna de la derecha, y no me deja cambiar la plantilla.

Ante el error, que no se a que obedece, he hecho una copia y me he mudado aqui, a esta direccion. Menos mal que no tenia muchas cosas escritas en el otro!

Disculpa por las molestias, te enlazo en este nuevo, ya que sera el que use, dados mis problemas con el otro.

Un saludo

Dubois said...

Excelente blog, muy bien narrado, me encanta la historia

AgustinH said...

Acabo de descubrir tu blog por medio del blog "La historia y su alcance", realmente me ha fascinado, tanto las entradas como el diseño.
Aqui te dejo mi blog, podriamos intercambiar enlaces

http://unpocodehistoriaparatodos.blogspot.com/

Atenea said...

Muy buena entrada la de Anibal! :), todo muy preciso el largo de la información, las ilustraciones, me gusta especialmente aquella en la que se aprecia a los elefantes cruzando los alpes es raro e impresionante imaginarse a esos animales en dicha región :D.

Un abrazo!

Atenea said...

Está genial, me ha encantado tu blog y las ilustraciones, me pasaré a leerte pues he aprendido muchas cosas que no sabía. Gracias por el acercamiento apasionante de la historia.

Saludos

Alyxandria Faderland said...

Inteligente pero poco practico para actuar, se deduce.
Lo duro que debe haber sido para los animales el cruce en la nieve, pobres bichos.

Proletario said...

Muy buena entrada, me gusto mucho.

Saludos Babbilonia

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