viernes, enero 29, 2010

Antonietta González

(Antonietta Gonalez pintada por Lavinia Fontana)


Antonietta Gonzáles fue una de las hijas del Petrus Gonzáles (1537-1618), y su esposa Catalina, ambos guanches de Canarias (aunque esto no está totalmente claro). A excepción de la madre, el padre y todos los hijos del matrimonio nacieron con una rara patología, que llegó a conocerse con el nombre de Síndrome de Ambras (nombre que le vino dado debido a que fue en este lugar en donde permanecieron guardados por largo tiempo los retratos de tamaño natural de la familia Petrus), un desconocido defecto genético que provocaba que sus cuerpos estuvieran cubiertos con cantidades anormales de pelos de la cabeza a los pies, dándoles apariencia de animal mamífero o de hombre lobo.
Su aspecto era semejante a la de un perro pequeño terrier.

Dicha anomalía les condenó al ostracismo en su lugar de origen, pero en Europa, lejos de ser rechazados como fanáticos, eran atesorados por los niveles más altos de la aristocracia. La familia Gonzáles es uno de los primeros casos registrados de lo que hoy se conocen, y desde entonces ha habido menos de cincuenta casos conocidos en todo el mundo.
(Petrus Gonzales en un retrato anónimo)
Según se cree, el salvaje Don Pietro fue descubierto en las Islas Canarias en 1457, y enviado a su Serenísima Alteza Enrique, II Rey de Francia, y de Catalina de Médicis. El monarca francés le hizo aprender latín y le dio un puesto menor en su corte. En París, Petrus se casó con Catalina, y la pareja tuvo varios hijos, de los cuales la mayor parte (tres hijas y dos hijos), estaba cubierta de pelos.
No se sabe a ciencia cierta si Petrus era total o parcialmente guanche, ya que había matrimonios entre éstos y los españoles, portugueses, y africanos que trabajaban en los cañaverales e ingenios azucareros de Tenerife. Es uno de los misterios que envuelve a esta familia.

Aproximadamente hacia 1590, los González emprendieron un lento viaje hacia el Sur y acabaron instalándose en el norte de Italia, en la ciudad de Parma, que gobernada por la poderosa familia Farnesio, contaba con papas, cardenales y generales entre sus miembros. Los Gonzales dependían de los Farnesio para su sustento, así que, aunque no eran esclavos, tampoco eran completamente libres.
El Duque de Parma, Ranuccio Farnesio, regaló al hijo mayor de los Gonzáles, Enrico, a su hermano Oduardo, un cardenal muy interesado en lo insólito y lo exótico. Enrico fue a vivir al palacio de Farnesio en Roma, donde más adelante le acompañó también su hermano menor. Enrico a su vez, también convirtió a Antonietta en un regalo, dándosela a la marquesa de Soragna, cuya hija estaba casada con un primo de los Farnesio, pasando Antonietta a ser una permanente compañía para la marquesa. Fue junto a ella, estando invitada en casa de un amigo rico de ambos, afincado en Bolonia, cuando la encontró una tarde de 1594 el científico Ulisse Aldrovandi.

(Ulisse Aldrovandi.)
Aldrovandi examinó a la joven con detenimiento, y después anotó que:
“la cara de la niña estaba cubierta de pelo, excepto las narices, los labios y alrededor de la boca. Los pelos de su frente son más largos y duros que los que cubren sus mejillas, aunque estos son más suaves al tacto que el resto del cuerpo., y tiene pelos en gran parte de sus espalda y pelos amarillos que la cubrirían hasta el inicio de las ingles.”

(Antonietta enfrentada a un ser de tres cabezas - página del Mostrurun Historia - Aldrovandi)

Ulisse Aldrovandi realizó además una serie de grabados de Antonietta y de otros miembros de la familia, que aparecieron en un amplio catálogo de anomalías humanas escrito por Aldrovandi y titulado Monstrorun Historia.
(La niñas Gonzales y sus padres - dibujo incluído en el libros ilustrado de mamífero, aves y peces del pintor flamenco Joris Hoefnagel) 


Todos los miembros peludos de la familia González fueron pintados en distintas ocasiones por pintores renombrados de la época: Lavinia Fontana, pintora Boloñesa, pintó a Antonietta y a su hermana mayor, Francesca. A Antonietta la pintó con una hoja en la mano que da detalles de su vida.
Anteriormente otros estudiosos se habían fijado en los hermanos mayores, Magdalena y Enricco un pintor de la corte de Guillermo V de Baviera, de su mujer y de los dos hijos más pequeños.

(Retrato de Antonietta que se conserva en el castillo de Ambras)
Los retratos de los Gonzales, llamativos y dramáticos, colgaban de las paredes de palacio sin ningún ánimo de burla u ostracismo, sino como algo meramente natural, donde sus vidas transcurrían entre nobles, músicos y artistas. Esta doble identidad les proporcionaba una áurea especial, tanto en su época como en la nuestra.

En épocas posteriores familias o casos como el de los Gonzales serían exhibidos en ferias y circos como los niños con cara de perro, la mujer barbuda o los hombres leones.

Algunos de los retratos de la familia Gonzales fueron obra del artista Joris Hoefnagel, que pintó minúsculas acuarelas de colores muy vivos de Petrus y su esposa y dos de sus hijos, y los incluyó en un libro ilustrado sobre animales, pájaros y peces.

La familia González fue única, pero también está relacionada con muchos de los principales acontecimientos de su época, incluyendo los descubrimientos, las sangrientas guerras religiosas, los movimientos artísticos del Renacimiento, y el crecimiento de la ciencia.

(Portada de una de las obras de Ulisse Adrovandi)

Obviamente, las mujeres, las hermanas eran completamente diferentes que las demás niñas hermosas que eran consideradas "maravillas de la naturaleza", pero al mismo tiempo sus vidas eran muy similares a los de otras mujeres: Maddalena se casó y tuvo hijos, uno de los cuales era peludo, Francesca permaneció soltera, y Antonieta murió joven.



Fuente de datos:
* “The Girls Hairy Maravilla” - Merry Wiesner-Hanks
* La Aventura de la Historia

4 Comments:

Xibeliuss said...

Conocía algunos de los retratos, pero no la historia. Muy instructivo.
Espero que pudieran llegar a ser felices.

Alyxandria Faderland said...

Algo conocia de la historia, pero no tan completa. Considerando la epoca y que aun hoy las personas con esta enfermedd son exibidos en circos, es una suerte que vivieran una vida normal dentro de todo.

I. Robledo said...

Amiga, nunca escuché nada relativo a estas gentes... Me ha resultado tan curioso como tremendamente inquietante.

Un abrazo, amiga

Vergónides de Coock said...

¿Dónde puedo encontrar ese libro de Aldrovandi? Gracias y suerte.

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