lunes, enero 09, 2012

Don Juan Calabazas o Calabacillas, Bufón y Truhán


Este hombre fue llevado a la corte por el duque de Alba. Sirvió al Cardenal Infante y, desde 1632, a Felipe IV. Fue célebre por haber sido retratado por Velázquez en dos ocasiones. Su figura es bien conocida gracias a estos retratos, fechados ambos en la década de 1630.
Por entonces su nombre menudeaba en las historias jocosas que se contaban en la corte, como un vejamen burlesco que lo representa rodeado de los meninos corriendo detrás de Manuel  Cortizos, en el parque del Buen Retiro.

En el primero de los retratos de Velázquez, hoy en Cleveland, pertenece a la colección de H. Cook, Richmond, Inglaterra. Calabaza sostiene en la mano un molinillo o rehilete como el que usaban los niños para jugar, considerado símbolo de la  inconstancia y la locura.

En el segundo, que se conserva en el Museo del Prado, y en un tiempo se le conoció como “El Bobo de Coria”,  Juan aparece junto a una calabaza, símbolo de la incapacidad mental que, pese a la sonrisa boba, también se observa en su pérdida de expresión.

La asociación entre la calabaza y la falta de juicio parece guardar relación con una curiosa práctica quirúrgica por la que, en los casos de rotura craneal, se sustituían las partes de hueso perdidas o que había que trepanar, por cascos de calabaza seca. Aunque se tratara de una cura algo trasnochada, este procedimiento era todavía tratado y discutido en la tratadística médica del Siglo de Oro. De ahí que partiendo de la ligereza y poca constancia de la calabaza seca, se pasara a decir que los faltos de seso o livianos de juicio, es decir los mentecatos, simples o locos, tenían cascos de calabaza.



 Además de manutención, se le otorgó carruaje.  Es curiosa la ración que le pasaban según fuese día de carne o de pescado:
Día de carne
8
panecillos comunes
37
maravedís
1
azumbre de vino
34
"
4
libras de nieve
26
"
1
libra de fruta
34
"
    
4
onzas de sebo
09
"
1
gallina
234
"
3
libras de carnero
108
"
1
libra de vaca
20
"
½
libra de tocino
16
"
518
"
Día de pescado
8
panecillos
37
maravedís
vino
34
"
nieve
26
"
fruta
34
"
sebo
09
"
gallina
238
"
3
libras de Nal. a 32
96
"
8
huevos a 7 maravedís
56
"
½
libra de aceite
17
"
547
"

Como los días de carne eran 210 y los de pescado 155, llegaba a cobrar por su ración anualmente 193.565 maravedís.
Además de esta ración se le otorgó carruaje, mula y acémila. En la noche de Navidad percibía una libra de confitura.

El Catálogo del Museo del Prado no está en lo firme al decir que el segundo retrato se pintó hacia 1646-48, porque Calabazas murió en octubre de 1639. La última nota relativa a él, dice «A Don Juan Calabazas se le dieron en los diez meses del año 1639, hasta que murió, doce pares de zapatos de cordobán de tres suelas». En las cuentas de este oficio se le sigue año por año desde su entrada en Palacio. No vivió en él arriba de nueve años.

Para ir a recibir al Rey que volvía de Barcelona, el año 1632, le regalan calzas para un vestido. Esto fue en 26 de mayo y, en 9 de noviembre, le dan un vestido de terciopelo labrado y otro más. 

Juan Calabazas (Calabacillas), fue uno de los tantos personajes con algún defecto o tara personal, que desfilaron por la corte de los Austrias.


Fuentes de Datos:
*”Los Olvidados de la Historia” – Ricardo García Cárcel
* "Locos y Enanos en la Corte de los Austrias" - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

16 Comments:

Xibe said...

Gran documentación la que nos traes, Babbilonia: qué curioso. No estoy muy al tanto del precio de la vida en aquel entonces, pero parece que Don Juan no debió pasar necesidades.
Abrazos

Mari-Pi-R said...

Curiosa la práctica quirúrgica, por eso se dice que eres duro como una calabaza.
Un abrazo y me alegro por tu publicación

Babbilonia said...

Xibeliuss, pienso lo mismo que tú. Por la relación de viandas que le otorgaban debió de vivir sin escaceses.

Un abrazo

Babbilonia said...

Mari-Pi-R, gracias, hacía tiempo que no publicaba en este blog, a ver si este año saco más tiempo para ello.

Verdaderamente es sorprendente lo de la calabaza. Imagino que sería lo mismo que los implantes que ahora te ponen de acero en los huesos rotos.

Besos

josefina said...

Me ha gustado mucho lo que has escrito a cerca de ese hombre. En aquel tiempo todos los que tenían algún defecto y le agradaba al Rey o a alguien importante, lo tomaba bajo su protección y vivían de lujo en comparación con el pueblo llano.

Babbilonia said...

Josefina, siempre se ha dicho que es mejor caer en gracia que ser gracioso.

Un abrazo

desdelaterraza-viajaralahistoria said...

Aquellos pobres enanos y deformes fueron, dentro de su desgracia, afortunados. Privilegiados en palacio frente a vagabundos, pilluelos, curas flacos o hidalgos de capa raída en las calles.
Un artículo interesantísimo Babilonia. Un abrazo.

Babbilonia said...

Desdelaterraza, totalmente de acuerdo contigo, muchos parroquianos querrían tener la vida que llevaban ellos.

Un abrazo

Anónimo said...

Interesantes los datos y la historia, muchas gracias.
Si te interesa, me gustaría invitarte a conocer la colección Breve Historia. Te dejo su link de facebook donde ahora sortean en primicia dos de sus novedades sobre Roma y Los Cátaros.
Un saludo,
https://www.facebook.com/brevehistoria

PACO HIDALGO said...

Me ha encantado esta entrada, Babbilonia. Conocía el magnífico lienzo de Velázquez, sabía que era un bufón y que el pintor sevillano hace uno de sus retratos magistrales de la infelicidad, pero ahora sé mucho más del personaje. Te felicito y perdona que entre de tarde en tarde. Buen fin de semana.

Babbilonia said...

Belen, gracias por tu visita y tu comentario, ahora me paso por tu link.

Saludos.

Babbilonia said...

Paco Hidalgo, me alegra aportar un granito de arena a tus conocimientos.
No te preocupes por la frecuencia de tus visitas, lo entiendo perfectamente, todos andamos escasos de tiempo. Incluso yo misma tardo semanas en actualizar mi blog y contestar los comentarios.

Un abrazo

Babbilonia said...

Belen, ya me hice seguidora.

Saludos.

Retablo de la Vida Antigua said...

Tiene usted un excelente blog. Y la entrada me parece de primera. La asignación que recibía Calabazillas no estaba nada mal. Muchos habrían pasado por locos durante toda su vida a cambio de semejante ración.

En fin, saludos de su nuevo lector.

Babbilonia said...

Gracias Retablo por su amable comentario y por su visita. Me paso ahora por su blog, que de seguro me va a gustar.

Saludos.

Marcos Souza said...

Hola querido amigo!
Obra maravillosa, te voy a seguir para que lo acompañara.

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